UNA PIZARRA INTELIGENTE
Las pizarras interactivas
pueden llegar a costar en el Perú 14 mil soles o más. Bruno y Joseph gastaron
50 soles para crear la suya. El sistema es simple: un lápiz que lleva una luz
infrarroja, una computadora y un mando de Wii. Este mando, vía Bluetooth manda
a la computadora la información emitida por el lápiz infrarrojo y, con un
proyector, convierte toda superficie en táctil.
En conversación con El
Comercio, estos alumnos de cuarto grado de secundaria dicen que buscaron
solucionar un problema presente en todo país como el nuestro: la falta de
herramientas modernas para que los alumnos se sientan atraídos por las clases.
Escucharlo de chicos de su edad hace inevitable sentir fe en que el futuro
puede ser mejor que el presente.
Hay proyectos que se centran
en algo para uno mismo. "Nosotros queremos ayudar, utilizar nuestro
proyecto que, al ofrecer algo a bajo precio, llegue a lugares a dónde sería
imposible comprar una pizarra de marca", dice Bruno. "Los alumnos pueden
mejorar sus notas y los profesores pueden mejorar su forma de enseñar",
continúa Joseph.
En efecto, los beneficios
son para todos. Los chicos cuentan que muchos profesores son reacios a las
nuevas tecnologías por lo complejas que les resultan; para un maestro cuyo único
contacto con internet es su correo electrónico, una pizarra llena de botones y
funciones hace que opten por seguir con las pizarras verdes y tiza.
"Nuestra pizarra es muy sencilla, se van a animar a usarla", dicen
los dos casi en coro.
Su invento ha recibido
varios comentarios del resto de participantes y de los científicos que recorren
los pasillos del Centro de Convenciones de Los Ángeles, sede del INTEL-ISEF
2014. "Un jurado se ha ofrecido a donarnos más luces infrarrojas para que
sigamos con nuestro proyecto", dice uno. "Nos preguntan si ha habido
interés en nuestro país para llevar nuestras pizarras a todos los
colegios", suelta otro.
La pizarra inteligente de
estos jóvenes peruanos se usa en algunos grados de primaria, en su colegio de
Ilo. Su sueño pendiente de hacerse realidad es que su invento sirva en otros
colegios de nuestro país. Por lo pronto sueñan con estudiar Ingeniería o algo
relacionado a la ciencia. Pensaban en hacerlo en Arequipa, pero este viaje ha
hecho que se den cuenta de que, con su ingenio, el mundo les puede dar todas
las oportunidades que deseen.
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